¿Quien llama a la puerta? ¿Será el delegado, algún directivo o el presidente? Esta pregunta se la hacen muchas veces los árbitros de nuestro fútbol. El último en hacerlo fue Pep Guardiola el sábado pasado en el Camp Nou (2-1 contra el Málaga). El técnico azulgrana aprovechó el recorrido por el túnel del vestuario para recrimirar a Rubinos Pérez su actitud con sus jugadores.
Ramón Fuentes publica en el diario MARCA que aunque parezca sorprendente, todos entran en el vestuario arbitral. En el Camp Nou visitar la caseta del colegiado es una tradición. Desde siempre. En su tiempo, Amador Bernabéu era el encargado. Ahora es el mismísimo Joan Laporta quien visita al trencilla nada más acabar el partido. Y hasta brindan con cava.
Justo es decir que hayan ganado, empatado o perdido, allí casi nunca se habla de nada del partido. Es tema tabú. Guardiola ha roto, por un día, esta tradición.


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